29 abr 2008

ALLÁ POR EL NOVECIENTOS: Villoldo, partituras, grabaciones y el bandoneón

Poco antes de que comenzara de Primera Guerra Mundial en 1914 el Emperador de Alemania, Guillermo II prohibió que los oficiales prusianos bailaran el tango si vestían uniforme. El órgano oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, apoyó abiertamente la decisión en los siguientes términos:

"El Kaiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los gentilhombres se identifiquen con la baja sensualidad de los negros y de los mestizos (...) ¡Y algunos van por ahí diciendo que el Tango es como cualquier otro baile cuando no se lo baila licenciosamente!. La danza Tango es, cuanto menos, una de aquellas de las cuales no se puede de ninguna manera conservar ni siquiera con alguna probabilidad la decencia. Porque, si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando éstos vistan uniforme."

23 abr 2008

MANUAL PARA CABALLEROS (comportamiento en la pista de baile)

Los códigos milongueros forman parte de la cultura tanguera. Si bien todo buen milonguero conoce y respeta ese acuerdo tácito que rige en la pista de baile, nunca está de más recordar estos códigos que también forman parte de la esencia del tango.
En ocasiones el ansia de lucirse hace que muchos bailarines olviden estas simples reglas y opten por desplegar un aparatoso bagaje de pasos (en algunos casos también acrobacias), que no hacen más que estorbar al resto de los concurrentes. Para éstos y para todos aquellos que recién se inician en estas lides, va esta breve síntesis sobre los códigos de convivencia en una pista de tango:

1) El tango es un baile de desplazamiento en que se circula en dirección contraria a las agujas del reloj. Si vas a pararte para realizar una figura o careces de la pericia necesaria para mantener el ritmo de circulación, acércate al centro de la pista. Caminar por la periferia presupone que vas a mantener tu velocidad y dirección de movimiento.

2) Nunca adelantes a una pareja por su derecha, a no ser que haya espacio suficiente. Es el ángulo muerto de la visión del hombre, a quien le tapa la cabeza de su pareja, y no sabrá que estás ahí, con el riesgo que supone que se mueva o gire a la derecha y choquéis.

3) No indiques a tu pareja que realice boleos o ganchos altos. Si haces un boleo, que sea bajo y bien marcado. Y las mujeres que no se dejen llevar por el arrebato del momento, es recomendable contener el boleo.

4) No hagas movimientos bruscos o imprevistos. Está permitido sorprender a tu pareja con tus improvisaciones, pero no sorprendas nunca al resto de parejas que hay en la pista; ellas deben saber siempre hacia dónde vas.

5) Las figuras no siempre cuadran con cualquier ritmo ni con cualquier orquesta. Estudia qué figuras son acordes a la versión de cada tango y no trates de hacerlas sólo porque quieres demostrar tus conocimientos.

6) Si ya comenzaste una figura y descubres que por las circunstancias de la pista se te cierra el espacio, no te empeñes en acabarla; una norma de cortesía que los demás reconocerán, será interrumpirla y dejarla para mejor ocasión.

7) Salvo que la pista esté muy vacía, nunca avances de espaldas. Tu pareja no siempre podrá ver por encima de tu hombro y aún así le puede no resultarle fácil frenarte si hay un obstáculo.

8) Adáptate siempre a la capacidad de tu pareja. Si baila peor que tú (o eso crees), no la obligues a realizar movimientos que la puedan hacer sentirse incómoda. Si baila mejor, no intentes lucirte: haz lo que sabes. Vale mucho más un tango bien bailado, con sentimiento, aunque sea con pasos sencillos, que un tango con grandes figuras y adornos, a destiempo, o mal realizados.

9) Trata de no hablar durante el baile. El que dirige debe escuchar y sentir el ritmo. Ella deberá seguirte participando del mismo sentimiento. Para conocerse está el espacio entre pieza y pieza. Y, desde luego, jamás des lecciones teóricas sobre cómo bailar. Es la manera más rápida de que te odien.

10) Acompaña a tu pareja hasta su asiento al final del baile. Y, por supuesto, dale las gracias, aunque en tu fuero interno te estés diciendo que no la vas a volver a sacar en tu vida.

11) Procura que no te abandone el desodorante durante el baile. Si transpiras mucho lleva un desodorante de repuesto. Una visita al baño, y como nuevo.

12) El tango se baila cara a cara, por lo tanto es conveniente conservar un aliento fresco. Nunca está demás llevar pasta dentífrica o alguna menta.

Fuente: Lic. Marcelo O. Castelo - Revista Argentango (Buenos Aires)

PREHISTORIA DEL TANGO

El tango apareció en el Río de la Plata y sus zonas de influencia, en la segunda mitad del siglo XIX en el marco socio-cultural de las grandes oleadas migratorias de los más variados orígenes internos y externos, que recibió entonces esa región. Buenos Aires, Montevideo y Rosario se disputan ser el lugar en el que nació. Otros puertos fluviales como Campana y Zárate también registran antiguos antecedentes tangueros. Se trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases altas y la Iglesia Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los suburbios (los arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde confluían los inmigrantes. Allí se fueron fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe, payada, milonga, habanera, tango andaluz, polca, vals, etc.), provenientes de los orígenes más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos, judíos, alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.
En 1857, el músico español Santiago Ramos compuso uno de los primeros temas de aire tanguero que se conozca, Tomá mate, che, un tango con letra rioplatense pero con arreglos musicales de estilo andaluz. El tema formaba parte de la obra El gaucho de Buenos Aires, estrenada en el Teatro de la Victoria.
En 1874 se ha documentado el primer tango que alcanzó difusión popular masiva. Se trata de El Queco, también de estilo musical andaluz, con una letra sobre las «chinas» (las mujeres argentinas de origen indígena o africano) que trabajaban de prostitutas en los burdeles.
En 1876 se hizo muy popular un tango-candombe llamado El merenguengué, que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de ese año.
En las décadas del ochenta y del noventa se multiplicaron los tangos, la mayoría de origen prostibulario: La clavada, La franela, El serrucho, Con qué tropieza que no dentra, Qué polvo con tanto viento, Colgate del aeroplano, Déjala morir adentro, Va Celina en la punta, Concha sucia, La concha de la lora («lora» era el término utilizado para referirse a las prostitutas europeas), entre otros.
Se interpretaba con violín, flauta y guitarra. El bandoneón, que le dio forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900, en las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa originaria, porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música y probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de habaneras como de polkas. La primera de la que existe registro es La Canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario.
Los títulos procaces pueden ser consultados en un anexo especial. Varios años después, a partir de los años treinta, los gobiernos militares y autoritarios, prohibieron las letras y títulos procaces, por lo que la mayoría de ellos desaparecieron, mientras que otros fueron reescritos, como el famoso Concha sucia, que fue reescrito por Francisco Canaro como Cara sucia.

22 abr 2008

EL PRIMER MONUMENTO AL TANGO

Quién puede dudar de que el fuelle es el alma del tango y que se tenía ganado un reconocimiento? ¿Quién puede dudar de que el tango merecía un monumento?
El Comité Pro-Monumento al Tango y el Gobierno porteño instalaron, en Azucena Villaflor y Avenida de los Italianos, el Monumento al Tango, una escultura en acero inoxidable con la forma de un fuelle, en clara alusión al bandoneón.Antes de llegar al lugar donde ya se luce, de cara al Río de la Plata, el Monumento fue protagonista de una recorrida a lo largo de la avenida Corrientes, la calle tanguera por excelencia.
El monumento, que pesa dos toneladas y mide 3,5 metros, fue instalado sobre un pedestal de 1,70 metro. El Monumento al Tango costó $ 350.000 y fue donado a la Ciudad por el Comité, la unión de 17 instituciones de la música y la cultura. La idea surgió del periodista especializado Rubén Reale.Para elegir el diseño de la escultura se convocó a un concurso, que tuvo como jurados al arquitecto Clorindo Testa, la ministra Fajre y el fundador del Museo de la Ciudad, José María Peña, entre otros. Los ganadores fue ron la escultora Estela Trebino y su hijo, Alejandro Coria. La obra se llama "Virulazo", y fue premiada con $ 25.000.

CAMBALACHE POR JULIO SOSA

EL TANGO SE TRASLADA DEL SALÓN DE BAILE A LA SALA DE TERAPIA

El tango se ha trasladado de los salones de baile a las salas de terapia de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson en los últimos años, mientras proliferan los estudios científicos que demuestran que el "dos por cuatro" beneficia la salud.
Más allá del sentimiento de bienestar -según cuentan quienes frecuentan las milongas- que provoca bailar tango, está demostrado que mejora la capacidad aeróbica y la coordinación, por lo que puede ser muy útil como complemento terapéutico en algunas dolencias. Los últimos en utilizar la tradicional danza rioplatense son los enfermos de Parkinson, ya que según un estudio realizado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), bailar tango con frecuencia mejora el equilibrio más que otro tipo de actividad física. La escuela de medicina de la Universidad de Washington realizó un experimento con 19 pacientes de Parkinson que se dividieron en dos grupos: uno realizó ejercicios de movimiento con sillas y el otro empleó ese tiempo en bailar tango, y se descubrió que, si bien ambos mejoraron, los segundos aumentaron más su equilibrio.
El médico argentino Roberto Peidro, uno de los pioneros en la investigación sobre las aplicaciones terapéuticas del tango, explicó en una entrevista con Efe que el "dos por cuatro" requiere prestar una atención especial a la coordinación, por lo que es "muy factible" que beneficie a los enfermos de Parkinson. Peidro, director del Centro de Vida de la argentina Fundación Favaloro, dirigió en 1999 el primer estudio sobre tango y salud con personas sedentarias y con dolencias cardiacas, en el que se concluyó que bailar una media hora diaria repercute directamente en el aumento de la capacidad aeróbica. Según explicó, esta es una característica que también tienen otras actividades físicas como caminar, pero el componente de coordinación que exige el tango aumenta sus beneficios, sobre todo en personas sedentarias. Peidro matizó que el tango "no es mejor que cualquier otra actividad física", pero sí que otros ejercicios que no potencian la coordinación y otros bailes menos tradicionales. "Si uno baila techno o música disco puede hacer cualquier movimiento, pero en el tango hay que estar pensando el paso que hay que dar", precisó. La clave es la mejora de la capacidad aeróbica, que según el facultativo puede repercutir incluso en el incremento de la actividad sexual y por tanto la calidad de vida, sobre todo en enfermos cardiacos.
Bailar tango también puede favorecer a enfermos de Alzheimer, que de hecho ya participan en "tangoterapia" en varios centros del país, precisamente por ser una actividad de coordinación y porque obliga al paciente a ejercitar su memoria para recordar los pasos. Pero el tango no sólo cura el cuerpo, sino que también es bueno para la mente. El psiquiatra Federico Trossero, autor del libro "Tangoterapia", complementa con talleres de tango los tratamientos de enfermedades que van desde la depresión hasta las fobias sociales e incluso la esquizofrenia. Observando la manera de bailar, de abrazar al otro y la actitud hacia la pareja, los profesionales obtienen datos que les ayudan a interpretar mejor la psique de sus pacientes, aseguró. Trossero apuntó que "el tango de por sí ya es terapéutico" y recordó que comenzó a investigar sobre su aplicación clínica cuando conocidos suyos que lo bailaban decían que se sentían mucho mejor después de ir a la milonga, donde incluso desaparecían persistentes dolores de cabeza. "Es increíble, se puede ver cómo la gente entra a las sesiones con una cara y sale con otra", dijo el facultativo.
La aplicación del tango en los tratamientos vive su auge precisamente después de la publicación del trabajo de la Fundación Favaloro, que ha interesado a profesionales de Canadá, Japón, Rusia o Finlandia. A la vista de estos estudios, el tango se ha convertido en una de las últimas incorporaciones a los complementos terapéuticos e incluso se ha convocado el primer Congreso Internacional de Tangoterapia, que se celebrará el próximo julio en la ciudad argentina de Rosario. Si bien el tango no es la panacea -"mejor bailar tango y caminar que hacer una cosa sola", advirtió Peidro-, con los datos en la mano no puede negarse que curarse al son de Carlos Gardel alegra el corazón y despierta la mente.

11 abr 2008

LAS MILONGAS HACEN FUROR ENTRE LOS JÓVENES

En los lugares donde se baila o enseña el tango, ver veinteañeros aprendiendo los códigos y pasos del 2x4 ha dejado de ser inusual. Una pasión que une a varias generaciones en la danza

Existen milongas donde se puede aprender a bailarlo y no menos lugares en los cuales hay espectáculos que incluyen orquesta y bailarines profesionales, sobre todo atendiendo a los requerimientos de los turistas que al pasar por nuestras tierras buscan espacios donde escuchar y ver bailar la música ciudadana.

Pero en las milongas es la gente común, los seguidores de corazón, los que van a encontrarse en el abrazo inicial del tango. No hay choques generacionales: los que pasan los 60 o 70 años bailan con los que pasaron los 20, con códigos en común que todos aprenden de manera explícita o tácitamente. Igual, impacta que sean muy numerosos los jóvenes que quieren aprender y muchos los que ya bailan con la destreza de los avezados.

Química y sensualidad

Que el tango es un encuentro desbordante de sensualidad, no es un secreto. ¿Pero ésta puede estar presente entre personas que recién se conocen en el abrazo inicial de la danza?

En la mayoría de las milongas se establecen "tandas" de dos a cinco tangos seguidos, con un tema (puede ser de otro género musical) que actúa como "separador". Esto permite a los bailarines retirarse de la pista y decidir si quieren seguir con esa pareja o aventurarse con otra. Muchas veces, si la química entre el hombre y la mujer no funciona, es mejor buscar otros horizontes.