30 may 2008
El 8 adelante
29 may 2008
Décadas del 60 y del 70: renovación y tango de vanguardia
Ástor Piazzolla alternaba entre las tardes de música clásica en el Teatro Colón y su pasión por Ígor Stravinski y Bela Bártok, con las noches de tango, y su desempeño como bandoneonista y arreglador musical de la orquesta de Aníbal Troilo (1914-1975). Fusionando creativamente las influencias más diversas, Piazzolla introdujo en el tango armonías disonantes y bases rítmicas intensas y nerviosas que produjeron una transformación radical del género.
La música de Piazzolla produjo una apasionada controversia entre tradicionalistas y renovadores, sobre si «eso» era o no tango. El punto culminante de esa controversia fue el Festival de la Canción de Buenos Aires realizada en el Luna Park en 1969, en el que Ástor Piazzolla y el uruguayo Horacio Ferrer presentaron un valsecito tanguero, Balada para un loco, interpretado por Amelita Baltar en la sección correspondiente al tango. La canción produjo un escándalo descomunal que llevó a los organizadores a cambiar las reglas para evitar que Balada para un loco ganara el festival. Pese a ello, el nuevo tango-canción, ganó la adhesión popular, especialmente entre los jóvenes y se volvió un éxito de ventas como hacía años que el tango no tenía.
El dúo Piazzola y Ferrer realizaron otras obras de amplia difusión popular como el tango Chiquilín de Bachín (1968) o la «ópera-tango» María de Buenos Aires (1967), que incluye la bella Fuga y misterio. Piazzolla aportaría composiciones fundamentales como sus Cuatro estaciones porteñas (Verano porteño, Otoño porteño, Invierno porteño y Primevera porteña), la serie del ángel (entre ellas Milonga del ángel y La Muerte del ángel), Libertango, Decarísimo y por sobre todas Adiós Nonino, a la muerte de su padre. Piazzolla también aportó decisivamente a la renovación instrumental del tango con su octeto, que incluía intrumentos hasta entonces absolutamente ajenos al tango, como los eléctricos (guitarra, bajo, teclados, sintetizador), la batería y el saxo. También con él ingresaron al tango instrumentistas de excepción como el violinista Antonio Agri y el guitarrista Cacho Tirao, y un cantante como Miguel Angel Trelles. Piazzolla también realizó una audaz fusión tango-jazz con el saxofonista estadounidense Gerry Mulligan en 1974 (registrado en el álbum Reunión cumbre) e influyó considerablemente en el subgénero conocido como rock nacional argentino, desarrollado a partir de la segunda mitad de la década del sesenta.
En esas dos décadas de renovación surgieron también otros autores e intérpretes de gran importancia como Eladia Blázquez (Con el corazón al sur, Sueño de barrilete, Si Buenos Aires no fuera así), Chico Novarro (Cordón, El balance, Cantata a Buenos Aires), Cacho Castaña (Café La Humedad), el Sexteto Tango, la modernidad clásica del bandoneón de Daniel Binelli, el octeto coral Buenos Aires 8 (con un álbum excepcional en 1970, Buenos Aires Hora 0), las nuevas sonoridades introducidas por Osvaldo Berlingieri (1928-) desde el piano[25] y su asociación con Ernesto Baffa (Baffa-Berlingeri), la voz juvenil y romántica de Susana Rinaldi, la madurez compositiva de Leopoldo Federico (El último café, Qué falta que me hacés), el revolucionario álbum Concepto (1972) de Atilio Stampone, Rodolfo Mederos —a quien se consideraba como «la cabeza visible de una nueva música porteña en los años setenta»,etc. También debe mencionarse aquí al último Goyeneche de la «garganta de arena» —según el cantautor Cacho Castaña— que desarrolló el arte de «decir» el tango, cuando paradójicamente alcanzó el pico más alto de la devoción popular.
En estas dos décadas el tango sufrió también la confrontación generacional y contracultural que llevaron adelante los movimientos juveniles en todo el mundo, con expresiones como el Verano del amor de 1967 y el movimiento hippie en EE.UU., el Mayo francés de 1968, que tuvieron en la música rock y en la revolución sexual, dos de sus códigos de referencia común. En la Argentina, esto se manifestó como una confrontación de contenido generacional entre tango y rock: el tango era la música de “los viejos”; el rock era la música de los jóvenes.
Quejas de bandoneón...
Nota: Lo mejor...la orquesta que está tocando al fondo
28 may 2008
El paso básico
26 may 2008
La 2x4. La Radio del Tango
25 may 2008
Fiesta en la Avenida de Mayo
23 may 2008
21 may 2008
La Edad de Oro
La del cuarenta fue una década dorada para el género, que se interpretaba ya en locales nocturnos de lujo, cuyos ambientes alimentaron a su vez a los letristas, que en sus versos contraponían el lujurioso cabaret y los desbordes de la vida nocturna a la infancia en el arrabal, paisaje éste que adquirió entonces ribetes míticos de paraíso perdido.
Grandes orquestas, como las de Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo (1914-1975), Carlos Di Sarli, Juan D´Arienzo, Horacio Salgán (1916-), actuaban a la vez en los cabarés del centro y en salones barriales, y, con ellos, creció enormemente la industria discográfica en la Argentina. Letristas de gran vuelo —Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Enrique Cadícamo, Cátulo Castillo— dieron al tango composiciones inolvidables, signadas por la amarga crítica de costumbres (Discépolo), el matiz elegíaco y las metáforas inspiradas en grandes poetas (Manzi, Castillo), la recurrente pintura de ambientes sofisticados con resonancias del poeta modernista Rubén Darío (Cadícamo). Notables cantantes de la época fueron el Polaco Goyeneche, Ángel Vargas y Edmundo Rivero.
17 may 2008
"Tango del Atardecer"
TANGO de Carlos Saura
13 may 2008
“La cumparsita”, el himno del Río de la Plata, cumple 90 años
El famoso tango comenzó como un tema instrumental totalmente olvidado, hasta que Contursi y Maroni escribieron la letra
El tango más famoso cumple nueve décadas de vida. Se trata de “La cumparsita”, el inolvidable tema creado en abril de 1917 en Montevideo por Gerardo Matos Rodríguez. Con la solicitada participación musical del pianista argentino Roberto Firpo, quien fue el primero en hacerla conocer, “La cumparsita” alcanzó insuperables niveles de difusión mundial.
La historia.
El célebre tango nació como una marcha para una mascarada estudiantil, mezcla de la Facultad de Medicina y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay en el carnaval de 1916. Su nombre, menguado primero en “Cumparsita”, fue transformado después en “La cumparsita”. Matos Rodríguez se la llevó al pianista Roberto Firpo, que actuaba en el café La Giralda (Palacio Salvo) en Montevideo. La marcha debía ser convertida en tango, proceso en el cual intervino también Carlos Warren, y hasta se le tuvo que añadir una sección, que le faltaba. Firpo utilizó para ello parte de un tango instrumental suyo, “La gaucha Manuela”. En la Giralda, queda dicho, fue estrenada con una breve notoriedad inicial y un pronto olvido. Llegó a tener dos grabaciones en esa época. La primera fue la de la orquesta de Firpo, en rigor, un cuarteto con él al piano. Pero el disco apareció anunciado recién en agosto de 1917. La otra, de la que se dice a menudo, erróneamente, que es la primera grabación fue la de la orquesta Alonso Minotto, armada al solo efecto de grabar discos, en Victor. Data del 8, 9 o 10 de mayo de 1917. En Buenos Aires la tocó por primera vez Firpo en el café Iglesias, sin la autorización de Matos Rodríguez (que había vendido la partitura por unos pocos pesos a la Editorial Breyer, cometiendo el error de su vida). No menos accidentada es la historia de su letra. Hasta 1924 “La cumparsita” fue un tango instrumental “totalmente olvidado”, según el juicio del experto Marambio Catán. Precisamente, por carecer de letra, no era ejecutado por las orquestas de entonces que acompañaban el auge del llamado tango-canción.
Finalmente, Pascual Contursi y Enrique Maroni le escribieron una letra, a la que llamaron con el primer verso: “Si supieras”. Es la que registra en disco Carlos Gardel en 1924, para Odeón. Aquí comienza la historia del éxito de “La cumparsita”, el tango más grabado de todos los tiempos, el más representativo, el que todo el mundo reconoce de inmediato. Sin embargo, es también el más polémico, ya que su fecha precisa de creación aún sigue dividiendo las aguas del tango.
Gentileza de AbcTango
12 may 2008
El Tango: Cafés y Sitios de Baile
Las Romerías
... Entre los más antiguos sitios donde se tocó y se bailó el tango figuran las romerías, denominadas "carpas" por el pueblo, sencillamente porque se bailaba bajo los toldos.Fueron célebres durante el siglo XIX las romerías de Santa Lucía, en Barracas, donde el clarinetista Juan Pérez estrenó su tango Dame la lata, que hacía referencia a las fichas de prostíbulo. Otras muy concurridas fueron las romerías de la Vírgen del Pilar, junto a la iglesia del mismo nombre, también conocidas como Carpas de la Recoleta, para las que Angel Villoldo compuso sus tangos iniciales antes de que despuntara el siglo XIX.
Las Academias
... Las academias eran otros de los lugares donde se cultivaba el tango. Se trataba, simplemente de cafés atendidos por camareras. Algunas de ellas fueron las ubicadas en Solís y Estados Unidos, Pozos e Independencia, Plaza Lorea o la llamada de Carmen Varela. No fueron un invento porteño, ya que también las hubo en Montevideo, donde fue célebre la San Felipe, en la que entonó sus tangos iniciales Pepita Avellaneda.
Los Peringundines
... Después de las academias aparecieron los peringundines, cuya denominación derivaba de perigordín, danza de orígen francés que cultivaban los genoveses. Y así se llamaron estos sitios porque sus propietarios, al menos en un principio, eran italianos, detalle que delatan sus nombres: Scudo d'Italia (Corrientes al 1300, donde luego funcionó el Teatro Apolo), Stella di Roma (Corrientes y Uruguay, también conocido como Baile de Pepín), Casa de Provín (Corrientes y Talcahuano) y otros llamados Roma, Benevolenza y nombres por el estilo. Todos quedaban en el entonces denominado barrio de Corrientes, que a fines del siglo XIX era la zona prostibularia de Buenos Aires.
Los Casinos
... También por aquellos días florecieron los casinos, como el de Gireben (de la calle Cangallo) donde el popular dibujante Enrique Stein captó por vez primera una escena de baile de tango, en 1877, y la dejó registrada en el papel. Qué diferencia había entre academias, peringundines y casinos? Apenas el nombre. En todos ellos se bailaba el tango y se ejercía el comercio más viejo del mundo, lo cual resultaba natural en una ciudad con una enorme mayoría de habitantes masculinos, a causa de la inmigración.
Las Casitas
... El baile tanguero también se practicaba en las "casitas" que, como los anteriores, eran lugares con bailarinas. Algunas de estas casas eran burdeles finos -como los que la muchachada farrista bautizó "Las perras", "Las Ñatas" o "El Chorizo"- que fueron ubicados en los alrededores de Junín y Lavalle, por ordenanza municipal, entre 1909 y 1919. Otras eran salas de baile, que solían ser alquiladas por personajes pudientes. Varias de ellas fueron inmortalizadas por el tango. Por ejemplo, la casita de Laura (Laurentina Monserrat) de Paraguay 2512, donde actuaron Vicente Greco o el dúo Gardel-Razzano o la de María la Vasca (María Rangolla), de Carlos Calvo 2721, donde Rosendo Mendizábal estrenó su tangazo El entrerriano, en 1897. Ambas fueron exhumadas por Mario Batistella en la letra de ¡No aflojés!: "Vos fuiste el rey del bailongo/ en lo de Laura y la Vasca."
Los Cafés
... Entre fines y comienzos de siglo, pulularon por Recoleta y Palermo algunos de los lugares más célebres del tango. Algunos de ellos eran el Palais de Glace, que aún subsiste en Avenida del Libertador y Eduardo Schiaffino; el Armenonville, ubicado en Avenida Alvear (hoy Libertador) y Tagle y próximo a él, el Pabellón de las Rosas, al que José Felipetti dedicó el vals homónimo. En pleno Parque 3 de Febrero se levantaba "lo de Hansen" (restaurante del Parque 3 de Febrero; luego Café Tarana) cuyas puertas abrió en 1875 Juan Hansen, a metros de Avenida Sarmiento, frente a las vías que pasaban por lo que es hoy la Avenida Figueroa Alcorta. Alli cerca, estaba también El Tambito, conocido asímismo como El Kiosquito y Kiosco Casares).
... Los cafés han sido una verdadera infinidad y en muchos de ellos estaba el palquito para la orquesta. Fueron Los Inmortales, así denominado porque los bohemios que lo frecuentaban comían salteado y sin embargo, no morían; Los Angelitos, en la esquina sudeste de Rivadavia y Rincón, al que Cátulo Castillo dedicó el tango homónimo; El Tortoni, en Avenida de Mayo 829, el más antiguo de la ciudad fundado en 1858 que dió lugar a su célebre peña, por la que pasaron Gardel y García Lorca.
El Cabaret
... A partir de cierto momento de la década de 1910, apareció el cabaret, toda una institución en la difusión del tango y fuente de inspiración de muchas de sus letras. Suman una extensa lista de la que mencionaremos el Royal Pigall, que la empresa del Armenonville abrió en Corrientes y Esmeralda; el Maipú Pigall, el Casino Pigall, ambos de la calle Maipú, el Montmartre, Corrientes 1436.
... Hoy subsisten algunos antiguos cafés, como el Tortoni, en cuya bodega se sigue cultivando el tango. Desde hace algunas décadas, han aparecido tanguerías como El Viejo Almacén, Michelángelo, Caño 14 y otras. Y últimamente con el reverdecimiento del tango bailado, los sitios de baile han vuelto a invadir Buenos Aires, como cuando el género estaba en gestación.
Gentileza de Argentina y Japón
Premios Carlos Gardel 2008
Mas informacion y ganadores en Premios Carlos Gardel.
11 may 2008
MUJERES DE TANGO
Si bien antes de los inicios del tango-cancion, que se data con Mi noche triste en la voz de Gardel en 1917, encontramos cantantes hombres y mujeres, entre éstas: Pepita Avellaneda, Flora de Gobbi, Linda Thelma y otras, debemos situarnos después del éxito de Gardel para hablar de la historia del canto en el tango. Éste produjo un número increíble de cantantes. Es normal, ya que la palabra es muy importante en su seno. La población porteña, en muy fuerte proporción compuesta de inmigrantes europeos de fresca data así como de hombres que venían de la campaña, tenia la necesidad de comunicar, decir lo que sus tripas contenían, deseos, recuerdos, expectativas, lágrimas y risas.
¿Y las mujeres? y bien, ellas estaban presentes pero no en los bailes. Ahora bien el baile implicó al tango durante más de dos décadas. Encontramos en esas épocas grandes figuras femeninas, algunas extremadamente populares, como Libertad Lamarque y Tita Merello. Pero cantaban en teatros o en películas, y a veces en público. El contacto era diferente, lo que no impidio que algunas sean figuras muy apreciadas del público tanguero.
La riqueza y el nuevo enfoque que las voces de las mujeres aportan a esta cultura que tanto nos gusta son muy claros y muy importantes.
Fieles al tango, seguramente quisieron tener su lugar, ser aceptadas en este universo que eligieron y amaron, ellas estuvieron muy próximas a todas las formas de poesías que han venido a decir el hoy. Se impusieron, se instalaron, y sin duda alguna permanecerán adelante de la escena para aun un buen trecho de historia.
Rosanna Falasca: Los tangos de mi ciudad y mi gente
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-ecouter/los-tangos-de-mi-ciudad-y-mi-gente.html
Ada Falcon: Tangos y valses
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-danser/tangos-y-valses-ada-falcon.html
Maria Graña: Maria
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-ecouter/maria-grana.html
Libertad Lamarque: 100 años
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-danser/libertad-lamarque-100-anos.html
Virginia Luque: Virginia
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-danser/virginia.html
Tita Merello: Con el tango en el alma
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-danser/con-el-tango-en-el-alma.html
Suana Rinaldi: A Homero Manzi
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-ecouter/a-homero-manzi.html
Sandra Rumolino: Automne
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-ecouter/automne.html
et: Por la vuelta
www.musicargentina.com/fr/cd-tango-ecouter/por-la-vuelta.html
De musicargentina.com
7 may 2008
LA GUARDIA VIEJA
La canción de tango comenzó a interpretarse desde 1850, pero no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y tangos españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los cantantes de entonces no eran profesionales ni tampoco se conocía la voz del tango. El tango se cantaba como tango milongueado y las versos eran picarezcos, lo que escandalizaba a la alta sociedad porteña. Los cantantes de que se habían destacado en la primera decada de 1900 fueron Angel Villoldo, Linda Thelma, Lola Membribes y Alfredo Gobbi entre otros. Los primeros éxitos de aquel tango fueron "Hotel Victoria", "El porteñito" y el gran suceso "La morocha" de 1908. En Buenos Aires había gran cantidad de cantores que interpretaban estilos nacionales, zambas y chacareras.