1 jul 2008

Aseguran que el tango también ayuda a vencer la fobia social

El tango es abrazo. Yo abrazo a mi compañero y él me abraza a mí. En ese momento sólo existe ese hombre y yo, porque estamos bailando con el corazón. El tango es terapeútico porque para bailarlo hay que sentirlo. Es un éxtasis".
La descripción de Alba Charmiello, una bailarina profesional de todos los géneros pero "milonguera de alma , ilustra por qué el tango puede aflojar a quiénes sufren de temores a mostrarse en público, contactarse con alguien del sexo opuesto, o relacionarse con un grupo pequeño de personas.Eso es lo que opina el médico psicoanalista y psiquiatra rosarino, Federico Trossero, amante del dos por cuatro y uno de los primeros terapeutas en hacer uso del tango para ayudar a pacientes con fobias sociales. Con la tangoterapia se pueden trabajar algunas de las fobias sociales.
Desde el punto de vista biológico, el tango produce sustancias como la oxitocina, una neurohormona que disminuye la producción de CRH, otro neurotransmisor. La caída de los niveles de CRH trae alivio y bienestar para los pacientes que sufren distintos tipos de ansiedades como la fobia social, pero también como el estrés , puntualizó Trossero a Clarín. Trossero, quién en 2006 fue distinguido como miembro de honor del Colegio Cubano de Neuropsicofarmacología, detalla también las bondades que el tango produce en el modo de relacionamiento de los pacientes con fobias. En los talleres de tango los pacientes, en primer lugar, toman una clase. En segunda instancia, recién, trabajan sobre las sensaciones, los sentimientos y las emociones que les despierta bailar con otra persona , puntualiza Trossero.
El vicepresidente de la Fundación Fobia Club, Gustavo Bustamante, coincide con Trossero en que el tango sólo podría ayudar a pacientes con un nivel de fobia bajo. La fobia social es el miedo a ser evaluado por las demás personas. Por lo que para que una persona llegue a una situación como bailar o exponerse públicamente, o invitar a alguna persona desconocida a tener algún contacto o interacción, el grado de ansiedad social tiene que ser leve , apunta Bustamante. Según los especialistas las personas que sufren fobias graves no pueden ni siquiera hablar con otras personas. Además, les cuesta mucho tener contacto físico con otros y mucho más aún: poder coordinar los movimientos. El tango es un ejercicio que podría ayudar, pero dentro de un programa de tratamiento completo que incluya psicoterapia, en lo posible grupal, e inclusive, en algunos casos, tratamiento farmacológico , agrega Bustamante.En el mismo sentido Trossero, autor del libro Tango Terapia , explica que, para que un paciente con fobia social --leve-- pueda llegar a uno de sus talleres de psicotango , como él los bautizó, necesita una preparación terapéutica previa.Hasta ahora se conocían las bondades del tango para otras patologías. En particular para ayudar en la sanación de las personas que padecen de Mal de Alzheimer y para aquellas que sufren de Parkinson. Así como para prevenir enfermedades cardíacas. Esto fue lo que demostró un estudio de la Universidad McGill de Montreal (Canadá) que puso a taconear y a hacer ochos a 30 personas mayores de 60 años durante diez semanas. Los pacientes demostraron mayor estimulación del sistema nervioso central y más actividad cerebral al término de la serie completa de sesiones.

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