En cambio, el flujo hacia Francia de artistas argentinos, llamado a seguir las oscilaciones de la vida socioeconómica nacional e internacional, no duró. Ya durante la gestación de la crisis, los miembros de las clases privilegiadas de la Argentina habían empezado a mostrar una mayor mesura en sus gastos y a mitigar, en consecuencia, sus veleidades, de bohemia parisina, lo que quitaba a la presencia de nuestro músicos en París una buena parte de su razón de ser.
Es cierto que Carlos Gardel vuelve a Francia en esa época, en el marco de una gira europea, y que siguen tocando allí los músicos nuestros que, establecidos, ya habían logrado popularidad, pero, en lo esencial, París deberá escuchar por esos años un tango francés del cual Jorge Luis Borges ha bien dicho:
Es cierto que Carlos Gardel vuelve a Francia en esa época, en el marco de una gira europea, y que siguen tocando allí los músicos nuestros que, establecidos, ya habían logrado popularidad, pero, en lo esencial, París deberá escuchar por esos años un tango francés del cual Jorge Luis Borges ha bien dicho:
que nuestros oídos no reconocen,
que nuestra memoria no hospeda
y que nuestro cuerpo rechaza.”
que nuestra memoria no hospeda
y que nuestro cuerpo rechaza.”
Del libro: “El bandoneón desde el Tango“
de A. Penón y J. García Méndez
de A. Penón y J. García Méndez
Gracias a Malena - Tango
Foto: Cortesía de Raul Soldi
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