Cuando el arte es sanador. Miguel y Yoli Pacher aprendieron el 2x4, les hizo bien y se dedican a enseñar para ayudar.
La tangoterapia es una técnica reparadora de situaciones de estrés y malestar ocasionadas por las relaciones interpersonales, cada día menos humanas. Miguel y Yoli Pacher son dos docentes jubilados que encontraron en el tango una buena medicina, y ahora se dedican a compartirla con los demás.“Hace seis años que empezamos a bailar tango y una vez que manejamos la técnica vimos que nos hacía tanto bien que nos dedicamos a enseñar, para ayudar a otras personas”, explicó Miguel.Después de consultar a especialistas y averiguar en Internet, Yoli y Miguel se enteraron acerca de lo beneficiosa que puede ser esta danza como terapia alternativa y para la prevención de enfermedades.“Resulta que la Fundación Favaloro está muy interesada en la tangoterapia, y está realizando una investigación muy profunda sobre los alcances que puede llegar a tener en el tratamiento y prevención de problemas cardiovasculares.Al poco tiempo de que empezamos a dedicarnos a esto, fuimos llamados por la Sociedad de Cardiología de Entre Ríos, en cuya sede comenzamos a trabajar”, cntinuó Miguel.Algunos meses más tarde, furon convocados por directivos de una escuela primaria y por el Centro de Jubilados de Entre Ríos que, atraídos por la tangoterapia y la forma solidaria en que Yoli y Miguel trabajan, los invitaron a dar clases en los salones de las respectivas instituciones.“Nosotros no cobramos nada. En este momento estamos abocados a este trabajo porque realmente nos cambió la vida, porque cuando uno llega a cierta edad, si no hace alguna actividad, se queda encerrado en la casa y empiezan a aparecer los dolores. A nosotros el tango nos ayudó a corregir la postura y aliviar los dolores de columna”, añadió Yoli.La pareja ha ayudado a pacientes con problemas graves de stress, con enfermedades del corazón y otros problemas que acarrea la edad. Aunque la tangoterapia no está reservada sólo para adultos mayores; ultimamente, a los encuentros coordinados pr Yoli y Miguel se han sumado jóvenes.“Nosotros trabajamos un tango muy simple, caminado, al piso, cualquiera puede bailarlo. Ayudando a que la gente vaya progresando en el baile, de acuerdo a la dificultad que tenga. Favaloro decía que el tango hace bien al cuerpo y al alma, y realmente tenía razón”, concluyó Yoli.
La tangoterapia es una técnica reparadora de situaciones de estrés y malestar ocasionadas por las relaciones interpersonales, cada día menos humanas. Miguel y Yoli Pacher son dos docentes jubilados que encontraron en el tango una buena medicina, y ahora se dedican a compartirla con los demás.“Hace seis años que empezamos a bailar tango y una vez que manejamos la técnica vimos que nos hacía tanto bien que nos dedicamos a enseñar, para ayudar a otras personas”, explicó Miguel.Después de consultar a especialistas y averiguar en Internet, Yoli y Miguel se enteraron acerca de lo beneficiosa que puede ser esta danza como terapia alternativa y para la prevención de enfermedades.“Resulta que la Fundación Favaloro está muy interesada en la tangoterapia, y está realizando una investigación muy profunda sobre los alcances que puede llegar a tener en el tratamiento y prevención de problemas cardiovasculares.Al poco tiempo de que empezamos a dedicarnos a esto, fuimos llamados por la Sociedad de Cardiología de Entre Ríos, en cuya sede comenzamos a trabajar”, cntinuó Miguel.Algunos meses más tarde, furon convocados por directivos de una escuela primaria y por el Centro de Jubilados de Entre Ríos que, atraídos por la tangoterapia y la forma solidaria en que Yoli y Miguel trabajan, los invitaron a dar clases en los salones de las respectivas instituciones.“Nosotros no cobramos nada. En este momento estamos abocados a este trabajo porque realmente nos cambió la vida, porque cuando uno llega a cierta edad, si no hace alguna actividad, se queda encerrado en la casa y empiezan a aparecer los dolores. A nosotros el tango nos ayudó a corregir la postura y aliviar los dolores de columna”, añadió Yoli.La pareja ha ayudado a pacientes con problemas graves de stress, con enfermedades del corazón y otros problemas que acarrea la edad. Aunque la tangoterapia no está reservada sólo para adultos mayores; ultimamente, a los encuentros coordinados pr Yoli y Miguel se han sumado jóvenes.“Nosotros trabajamos un tango muy simple, caminado, al piso, cualquiera puede bailarlo. Ayudando a que la gente vaya progresando en el baile, de acuerdo a la dificultad que tenga. Favaloro decía que el tango hace bien al cuerpo y al alma, y realmente tenía razón”, concluyó Yoli.
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